Paren las rotativas: Tamara Falcó lo mismo se mete monja

Sí, lo sé, acabo de provocar que escupas el café, o pegues un grito en el bus, o que se te caigan los palos del sombrajo del susto con la noticia. Es lo que hay, estamos aquí para informar, sea bueno o sea malo, impacte o no, pero desde luego nos encontramos ante una noticia de gran alcance: Tamara Falcó lo mismo se mete monja. Se ha transformado, ha cambiado, ha encontrado el camino, uno.

Les dije (a su familia) que no se preocupasen, que Jesús por ahora no me había llamado por ese camino. Aunque tampoco descartaría el volverme monja si el señor me inspirara la vocación

Ahí queda eso. Declaraciones que nos cambian la vida desde luego. Con la de planes que teníamos para el futuro de nuestra Tamara Falcó. Hija de Isabel Preysler, estudiante de comuniqueishon en Boston, relaciones públicas de las bodegas de su padre, organizadora de la boda de su hermano Julio José, gran conductora… y ahora abraza la fe. Os aseguro que me he quedado pampanita. No sé yo si con el hábito le dejarán poner la estola granate sobre los hombros.

En realidad, la religión me encuentra a mí: yo no tenía ninguna inclinación, ni tampoco un entorno afín y mucho menos vocación. Descubro todo gradualmente. Primero, leyendo la Biblia, después rezando el rosario y tras un retiro espiritual empecé a ir a misa. En ese momento yo estaba aún dudosa sobre la relación entre la religión y la Iglesia, pero he ido perdiendo mis miedos al tener la oportunidad de conocer de primera mano a sacerdotes y a monjas ejemplares que me han hecho cambiar las nociones erróneas que antes tenía

Así, con todas las letras nos cuenta cómo encontró el camino, cómo vió la luz, cómo va a misa diaria, con sus ropas de retiro espiritual, piadosa… Yo que la veía de protagonista de una boda de cuento, cuqui, con flores y angelotes, dulce, etérea, cuando encontrara a su alma gemela y ella que nos va a dejar sin portadas, sin noticias, sin sus sesudas declaraciones. Esto se está volviendo insostenible, primero la religión nos quita al buey y a la mula del Belén y ahora nos va a dejar sin Tamara. ¡Qué navidades tan duras!

Vía | El Mundo
Foto | GTres
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