No sabemos si por el disgusto que se llevó el otro día con la Kournikova, pero el caso es que mi querido Enrique Iglesias apareció la otra noche en Nueva York para una grabación un poco pasado de maquillaje.
Está muy bien que los hombres nos cuidemos, incluso que usemos algunos productos de maquillaje para mejorar nuestro aspecto (estoy aprendiendo un mundo con Mensencia), pero como en todo hay que ser moderado. Porque pasarse con el corrector de ojeras o abusar del rimmel nos puede dejar como si fuéramos un muñeco de cera. O lo que es peor, en un travestido de lo más friki (sin acritud para ambos colectivos), que es lo que parece en la imagen Enrique Iglesias.
Con esa pashmina azulada, el pelo con abundante laca y el tono cremoso del maquillaje no parece ni él mismo. Pero en fin, todo para lucir espléndido, aunque sobrepase el límite de parecer ridículo.
Por cierto, Enrique Iglesias acaba de confesar que su primera novia fue una stripper finlandesa que conoció en un local nocturno:
“Mi primera novia era de Helsinki. Lo creas o no, nos conocimos en un club de ’striptease’. Ella se había mudado a Estados Unidos dos años antes y sólo llevaba un mes trabajando en ese club”.
“Era muy guapa y tenía una hermosa tez. Además, era muy tolerante”.
Me rindo ante este tipo.
Vía | Blogswow y Marujeo
En Poprosa | Enrique Iglesias