Querido Enrique Iglesias:
Nunca has sido santo de mi devoción, pero como tú ninguno para volver locas a las masas. Pero hijo, empieza a controlar que sino terminas mal un día. Si es que no aprendes. Como muestra el ejemplo de esta semana que tuviste que salir a la carrera en República Dominicana al terminar el concierto.
Siete años llevaban sin verte por allí esas jóvenes deseosas de tus músculos y gorgoritos, y eso es mucho tiempo. Siete años... y las dos horas de retraso con las que saliste a escena que supongo que también cabrearon a muchos. Que no creo yo que sea por falta de reloj, hombre, que tú anunciabas Viceroy. Y si encima la lías parda cantando sólo una hora, pues las que quieren un hijo tuyo (que no se entere Anna) se equilibran con los que tienen un cabreo de mil pares de narices y claro, no te quedó más remedio que poner en práctica lo de "pies para que os quiero" y huir por los pelos.
Eso sí, esa costumbre que tienes de achuchar a una fan en el escenario no la pierdes, no. ¡Picaruelo!, que luego vienen los problemas con los padres.
Vía | Hola En Poprosa | Enrique Iglesias escapa en pleno concierto