Poproseros, un escalofrío y una sensación de miedo constante aún recorre mi espalda al ver las últimas imágenes de Chenoa. Osada de mi leo en el portal Terra “Chenoa cambia de imagen por unas horas” y me digo a mi misma en la quietud de mi habitación, “a ver ésta con qué nos sorpende ahora”. Craso error, mi ser no estaba preparado para esto.
Y es que resulta que la cantante se encuentra en nuestro país para comenzar la promoción de su nuevo disco que ha estado preparando allá por las Américas. El caso es aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, la chica decidió prestarse a uno de esos experimentos capilares de nuevas tendencias que las firmas como L’Oreal (entre otras) hacen con ocasión de la presentación de la temporada. Sí, esos eventos en los que pillan por banda a una modelo la destrozan el pelo totalmente con un corte y un peinado que nadie en su sano juicio va nunca en la vida a usar (aunque sea lo que se lleve esa temporada, según nos intentan convencer) y luego la dejan que se vaya a llorar a su casa después de semejante escabechina.
Pues bien, esta vez ese conejillo de indias ha sido Chenoa, a la que la prestigiosa peluquera (lo de prestigiosa porque me lo dicen sino creo que está recién salida del equipo técnico de los Monsters) Lorena Morlote ha realizado semejante cambio de look.
Pues sí he sentido miedo, qué queréis que os diga. Eso de pensar que haya mentes a las que se les ocurra hacer ese peinado y encima con ánimo de que pueda resultar favorecedor me hace plantearme la de misterios que tiene la vida ¿En qué piensan?
Podemos decir que es una mezcla entre una medusa, con un toque de Amy Winehouse, enmarañado todo ello con esas extensiones estropajiles a las que parece que les hace falta un buen cepillado y alisado. Algo muy sencillo con lo que no tendréis ningún problema para entrar por las puertas, ni ningún peligro de que como se os acerque una chispa parezcáis la antorcha humana. Además es algo bien fácil de hacer en casa, con que os metáis en la secadora después de un buen centrifugado y un par de horquillas lo tenéis hecho.
Claro que si a todo eso le añadimos el maquillaje en plan geisha y el modelo que parece recién salido del Moulin Rouge, tenemos un look perfecto para tomar el té en cualquier sitio. Algo sencillo a la par que discreto que no levantará ningún tipo de comentario, sólo admiración y, por supuesto, mucha envidia, aunque parezcas recién salida de un psiquiátrico.
Eso sí, estemos tranquilos que el cambio sólo ha sido por unas horas, no es que vaya a estar así para siempre, por ahora sigue pareciendo una persona normal después de quitarse el nido de cigüeña de la cabeza.
En Arrebatadora | Cortes de Pelo 2009