Ya no sé ni de qué me sorprendo porque es algo de lo más habitual viniendo de ella, pero es que no puedo dejar de comentar el modelito frutal de Katy Perry en los Grammys que me ha dejado impactada. Sí, la cantante salió al escenario para cantar su oído, reoído y ya cansino hasta la saciedad “I Kissed a Girl” descendiendo en una banana gigante con un minitrajecito lleno de lentejuelas y formas de frutas: sandías en los pechos, limones, uvas y cerezas en los tirantes… Todo ello acompañado de un espectáculo de la misma temática. Vamos un cristo, pero muy colorido, ciertamente, lo que aún no sé la manía de esta chica con la fruta, no sé si será que es muy sana o que le pone el tema.
De verdad que no acabo de entender esta nueva tendencia de que las artistas de nueva generación tengan que hacerse notar más por sus pintas y polémicas que por su propia música. Porque además no puedo dejar de decir que el directo de Perry es bastante malo, claro que no para de dar saltitos y correr de un lado para otro del escenario, así que es normal que acabe al borde del ataque de asma.
Decir también que haciendo gala una vez más de su descaro acabó la canción siendo besada por todas las chicas que formaban parte de la coreografía. Eso sí algo muy casto, no os penséis que hubo filetazo por parte de nadie.
Cada vez me gusta menos, no lo puedo remediar.
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