Nos da en las narices que a los concursantes de 'La Isla de las Tentaciones', en plena pandemia, han cambiado las discotecas (más o menos) por los centros de cirugía estética. Porque ellos solitos se juntan y son capaces de reflotar Corporación Dermoestética (todo un clásico cañí).
Y Marina García ha sido la última (que sepamos) en pasar por la mesa de operaciones. ¿Para qué? Sorpresa, sorpresa... ¡Para modelarse un poquito la nariz!
Pero espérate, porque no es la primera vez que pasa por quirófano para esto. Ya se hizo una rinoplastia hace 4 años: "Tenía problemas respiratorios, tenía el tabique desviado, tenía el caballete que se me pronunciaba bastante... Me operé y no acabé muy contenta. Y quiero volver a operarme", explica en su canal de Mtmad.
Ahí ha sido donde nos ha mostrado cada uno de los pasos del proceso. Que esto de cambiarse la nariz es como ir al Ikea a diseñar tu propio armario: va al gusto de cada uno.
En esta ocasión, como explica el cirujano, le van a hacer una rinoplastia ultrasónica, con mucha más precisión y mejor recuperación que el pico y pala de las rinoplastias de antaño.
Pero vayamos a lo que nos interesa: al después. ¿Cómo ha quedado Marina? ¿Contenta? ¿Defraudada? ¿Volverá dentro de 4 años otra vez a ponerse otra nariz distinta?
"Estoy supercontenta, no siento nada de dolor...", comentaba nada más salir de quirófano. "La verdad es que ahora mismo no estoy nada hinchada; de la otra operación salí con los ojos enterrados y superinflamada".
Ahora el puente tiene un poquitín más de curvatura y la nariz acaba un pelín más en punta, a lo elfo de Papá Noel... Porque no hay nada en esta vida que no se pueda arreglar con un buen pespunte.
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