Pelearse con todos los concursantes de 'Secret Story' tiene sus consecuencias. La facilidad de Adara para pasar de la risa al llanto en cuestión de segundos le ha pasado factura en su bello rostro. Pero bueno, aquí quien no corre, vuela. La reina de los realities ha cogido de la mano a su madre, Elena Rodríguez y se han ido juntitas de pinchazos a la clínica de Rodri Fuertes.
Compartir lecho con Rodri, te abre muchas puertas y te quita muchas arrugas. El consorte de la reina Adara decidió abrir una clínica estética hace tiempo donde, el mismo, acude a quitarse años de encima. Madre e hija, fieles defensoras del ahorro en tiempos de crisis, le hacen alguna que otra visitilla para conseguir bótox a precio de saldo.
Vamos al salseo. Elena se ha hecho un tratamiento enfocado en las líneas de expresión con el fin de acabar con sus arrugas. Pero esto no es todo, también se ha elevado los pómulos ya que, al tener la cara tan delgada, no se marcaban lo suficiente para su gusto. Mientras tanto, la hijísima lo grababa todo y lo compartía con sus seguidores de Instagram para hacerle publi a su churri.
Adara se ha llevado la aguja a la frente para combatir sus primeras arruguitas propias de la edad (o de escuchar a Frigenti en bucle). También ha metido en el lote un retoque de ojeras que repite una vez al año. Un pack completo financiado a base de amor y stories. Pero bueno, si algo nos ha dejado claro tanto pinchazo es que la relación de los influencers va viento en popa y a toda vela.
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