Sergio Ramos sin estar rodeado de pechos en verano no sería Sergio Ramos, eso está claro. Porque hay que ver que le gustan más que a un tonto un lápiz y eso lo sabemos todo, que de otra cosa no pero de mujeriego este hombre es un buen rato. Y tengo que reconocer que eso tiene sus ventajas, como por ejemplo, el haber atinado con el gusto de las mujeres y cada vez escogerlas mejores. Que leches mejores... ¡Qué ya hasta las escoge de dos en dos! Si es que éste no para, como se lo pasa....
Pero todo tiene su explicación y su porqué, que para olvidar a Lara Álvarez las cosas no están fáciles y si es tanta mujer como él mismo decía normal que Sergio Ramos eche mano de agenda y tenga que marcar un par de números de teléfono para irse a pegar un buen chapuzón. Y así ha sido, que se ha ido a las playas de Marbella con sus amigos y yo echando un ojo al grupo veo claramente muchos más pechos que paquetes. Y parecía tonto cuando le compramos...
Lo que yo ya no alcanzo a adivinar es si el muchacho lo está pasando bien o mal y se le trae al pairo lo de haberlo dejado con su novia, que los medios no paran de decir que si mira lo poco afectado que se le ve, que si hay que ver que va a todos lados con una sonrisa en la cara.... hombre, es que para irse a la playa llorando a puchero limpio con dos pibones como esos pues te quedas en tu casa, que no es plan de ir llenando las portadas de la revista del corazón como si fueras María Magdalena.
Lo dicho, que la vida continua y Sergio Ramos sabe como hacerlo. Y yo me alegro por él, que le quiten lo bailao sinceramente. Además, que el chaval siempre ha sido un poco coqueto y le gusta que le coman la oreja (y eso lo se yo porque lo dijo en una entrevista, que no me lo invento) y con el cuerpo que tiene y las amigas que se gasta ya os digo yo que este fin de semana se ha tenido que poner las botas.
Fotos | Gtres