Según parece nadie sabía que iba al programa (bueno, lo podríamos discutir largo y tendido, fijo) y su entrada triunfal fue una auténtica sorpresa para el público que chillaba y desgañitaba como si le fuese la vida en ello. Pero es que claro, Kellan Lutz bien merece un par de gritos (por mi parte no que me quedo afónica y es malísimo), porque mira que es un quesito este muchacho.
Esta vez resulta que Ellen DeGeneres le llevó de invitado enigma, luego le escondió tras un monitor antes de que nadie le viese, para entrar así, presentado como un regalo que trae el DVD de ‘Luna Nueva’ que acaba de salir a la venta. ¿Cómo? ¿De regalo? Os voy a decir una cosa, me compro un camión de películas si me viene Kellan, pongo un videoclub sólo con la saga ‘Crepúsculo’, hago sesiones cada hora, fijaos que hasta estoy dispuesta hasta a verla si hace falta, por él sí, lo tengo clarísimo. Y es que ahora que le he adoptado qué menos,...
Qué grande es Ellen. Y luego además nos vuelve a poner las imágenes de la promoción de Calvin Klein y ya me vuelvo a quedar muerta del todo, porque no me canso de verlas una y otra vez. Qué delicia para la vista poproseros, qué bien termina una el domingo de esta forma, no me digáis que no.
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