A Laura Matamoros se le ha hecho bola la entrada del frío en Madrid. Después de un fin de semana de despiporre en una boda, la influencer ha sufrido las graves consecuencias de no hacer caso a su madre y no cogerse una rebequita por si refresca antes de salir a la calle. La ganadora de 'GH VIP' (porque sí, formó parte de la tele aunque reniegue de ella) está sin poder salir de la cama.
Ni fotos nuevas, ni contenido de calidad. La hija de Kiko Matamoros ha tenido que dejar aparcada su sacrificada y complicada profesión como creadora de contenido e, incluso, renunciar a todos los compromisos profesionales y eventos que tenía programados por un grave resfriado.
Si fuéramos malpensados, diríamos que es una resaca de toda la vida. Sin embargo, Laura ha aportado una prueba irrefutable de que lo suyo es un constipado y no otra cosa. ¿Un informe médico? ¡No! No hay mayor evidencia del malestar de una influencer que el selfie en la cama con un textito corto: "No os puedo explicar lo mala que me he puesto", escribía junto a una foto más en la que sale con los ojos cerrados (como en casi todas).
"Vale, me voy a tener que poner un filtro para que no me veáis realmente la cara que tengo. No es que esté constipada, sino lo siguiente. El otro día cogí bastante frío y desde el lunes pasado estoy bastante mal", ha continuado expresando tras tener que tomar la difícil decisión de elegir qué filtro ponerse.
Y es que Laura no se recupera, está "muy pocha" y ha tenido que dejar de lado sus compras de Black Friday incluso: "No me llego a poner buena y me estoy poniendo mucho peor. Estoy que no puedo hablar. Mi voz es… No es normal el frío que cogí el otro día. Lo que quería decir es que hoy tengo que grabar muchas cosas porque hay descuentos de Black Friday que os quería comunicar y decir pero no sé ni cómo hacerlo. Voy a ver si descanso un poco más y a ver si me recupero para luego", ha lamentado.
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