Lola confiesa el motivo por el que tuvieron que operarla cuatro veces del pecho: "Lo pasé fatal, llevaba una teta de mentira"

Ponte la bata y los guantes, que nos metemos de lleno en el quirófano de la mano de Lola, la ex-tentada y ex-superviviente que tanto nos ha dado que hablar gracias a sus horas de televisión. Y es que en su último vídeo de Mtmad ha decidido abrirse para contar una de las experiencias más desagradables de su vida: ha tenido que operarse cuatro veces por culpa de los implantes de pecho.

Porque sí, cuando a la tercera no va a la vencida, siempre hay una cuarta para intentarlo otra vez. Y toda esta historia arranca enseñando unas fotos de cuando tenía 14 años: "Yo le dije a mi madre que yo tenía muchos complejos, no tenía una forma de mujer, me veía todo el rato como si fuera una niña".

Lola en su juventud.

Y fue con 20 años cuando por fin se operó el pecho en León con el apoyo (moral y de dinerito) de sus padres. "Yo decidí un tamaño que son 330 centímetros cúbicos que llevo en cada pecho", explica. "Y con forma de pera, anatómicas, que son las que tienen forma natural".

Otra vez Lola en su juventud.

Un tamaño normalito, nada de flotadores, algo "acorde con mi cuerpo". Total, que se opera con anestesia general y le ponen la prótesis por debajo del pectoral.

"Era un chorro de sangre y pus"

Hasta aquí parecía que todo iba a ir sobre ruedas. Después de la operación se muda a Madrid y encontró un trabajo como azafata de estancos "en el que tengo que llevar un stand más grande que yo, con todos los regalos para la gente que comprase esa marca". "Creo que ese fue el problema", confiesa. Y aquí empieza el dramita.

Porque empieza a trabajar solo dos semanas después de operarse. "Cogí peso demasiado pronto", explica. Fue entonces cuando empezó a sentirse cansada, "tenía diarrea y vómitos". Y lo que pensaba que era una gastroenteritis normal, acabó siendo una infección como una catedral.

Se dio cuenta cuando le tocó hacerse la cura de la herida: "Me quito una tirita que tenía en los puntos para hacerme la cura en mi casa, y eso empieza a supurar... Era un chorro de sangre y pus, como una fuente".

Tres meses sin una de sus prótesis

Es al día siguiente, cuando la cosa sigue igual, sin dejar de supurar, cuando "ya me asusto". Llama a su madre y se la lleva de urgencias a León. Llegan al hospital. Y otro nuevo dramita: el cirujano le explica que tenía que operar de urgencias y quitarle la prótesis.

"Le digo: 'Bueno, me quitas la prótesis pero me pones otra'. Me dice que no", explica Lola. Porque el tejido tenía que curar, y estar durante un tiempo sin prótesis: "Estuve tres meses con una puesta y una no".

"Lo pasé fatal. Cuando tenía relaciones con mi novio no me quitaba la parte de arriba. Llevaba una teta de mentira para que no se me notase", confiesa.

Pero pasaron los tres meses y vio la luz: la vuelven a operar para ponerle una nueva prótesis. Pero una vez despierta de la anestesia, después de la operación, ¡otra sorpresa! El cirujano, cuando todavía no estaba despierta por completo, le dice que tiene que anestesiarla otra vez y volver a operarla de urgencias: tenía una hemorragia interna. "Tuvieron que abrirme para limpiarme la hemorragia y volver a cerrarme", explica.

¿Está contenta con la operación?

Confirmamos, está contenta. Incluso a día de hoy, sabiendo por todo lo que ha pasado, asegura que "me volvería a operar". "Ha merecido la pena", añade.

Menudo sacrificio, para que luego digan de la corona de espinas. Y como nunca te acostarás sin saber una cosa más, terminamos con la curiosidad que nos ha dado Lola (y que nos ha dejado bastante sorprendidos): cuando te operas y te pones prótesis, "hasta que no pasa un año no tienes sensibilidad en el pecho"

Imágenes | Mtmad

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