El 27 de julio de 2012 es una fecha grabada a fuego en la memoria de Rocío Carrasco por la paliza que su hija le propinó con una nectarina como excusa, pero también está grabada a tinta en los partes médicos que testifican el traumatismo craneoencefálico con el que Rociíto tuvo que presentarse en el hospital a manos de su hija.
"Yo entro en el hospital pidiendo por favor que no se fuera a saber nada, que yo no quería que nada de eso saliese y el médico me dice que, sintiéndolo mucho, tiene que dar parte. Yo le dije que no, por favor, pero me dijo que no podía dejar de pasar un parte, que tenía que dejar constancia de ello", ha compartido Rocío en el episodio 9 titulado 'Todo se derrumbó dentro de mí'.
Rocío ha insistido en que estuvo 5 horas en observación, lo mínimo que pudo, porque su única intención era salir de allí por patas y conseguir que este trágico episodio no transcendiera a la prensa.
Ese mismo día, según ha relatado Rocío, su teléfono recibe la llamada de un número extraño: "Lo coge Fidel y el Guardia de Policía Judicial le dice 'Fidel, cógete a Rocío y veniros para el cuartel'. Al ocurrir eso, los dos sabíamos que había pasado algo. Esa llamada sustituye a que venga la Guardia Civil, te espose, te suba al furgón y te lleven a sede policial", ha confesado relatando cómo se enteró de la denuncia que su hija le interpuso el mismo día que la mandó al hospital por la brutal agresión que las distanció para siempre.
Rocío Flores había reflejado en una denuncia, que quisieron interponer en Tres Cantos porque su padre tenía un contado, todo lo que ella había hecho con su madre pero cambiado los roles de ambas:
"Ella alegaba que yo la había insultado, que yo la tiraba al suelo, que yo la he amenazado de muerte, que yo la he cogido por el cuello, que yo no la dejaba salir de la casa, que yo la retenía... Dice de todo habido y por haber", ha comentado sin poder parar de llorar ni un segundo Rocío Carrasco.
La Guardia Civil de San Agustín de Guadalix fue la que informó a padre e hija, novatos en esto de interponer denuncias falsas de maltrato, que lo primero para seguir con el procedimiento era contar con un parte de lesiones, inexistente por la inexistencia de la violencia por parte de la madre a la hija.
Antonio Dá y Ro consiguieron dicho parte médico en el Sanitas de la Moraleja utilizando unos arañazos que la niña se había hecho algunos días antes como móvil de las presuntas agresiones de Rocío Carrasco, pero no colaron en la resolución final de la jueza. "Es en el cuartel cuando me entero que mi hija me ha denunciado por un delito de malos tratos reiterados", añadía.
"Me da pena de mí, de mi marido, me da pena de que ella fuera capaz de pertenecer a algo tan bárbaro... Por eso cuando me dicen que declare, que me defienda, yo digo que no quiero declarar en sede policial porque, si lo hago, estoy denunciando a mi hija. Yo eso no lo he hecho nunca, pese a todo lo que se ha dicho. No lo hice", lamentaba Rocío Carrasco la encerrona en la que le metió Antonio David Flores autorizando con su firma este despropósito protagonizado por su hija.
Aunque Rocío no declaró hasta llegar a la sede judicial un 23 o 24 de agosto, Fidel Albiac sí que quiso prestar declaración en contra de Rocío Flores, para que quedara constancia de que la agresora era la hija y no la madre: "contó lo que sabía y lo que vio ese día, no lo vio todo pero quiere poner en antecedentes la actitud y el comportamiento de la niña", ha corroborado la Carrasco.
La reflexión de la hija de la Jurado sobre esta denuncia, que la jueza acabó dictaminando como falsa, es aún más demoledora: "A mí no me duele tanto la paliza como el hecho de que ella (Ro) me quisiera meter en la cárcel. A mí la paliza no me duele, a mí me duele saber que una hija mía, que ha estado 9 meses dentro de mí y que la he parido yo, sea capaz de querer ver a su madre en la cárcel por algo que no ha hecho".
Rocío Carrasco ha reconocido que aún no ha superado este episodio y ha garantizado que no es ella quien tiene que perdonar a su hija, sino que es ella la que tiene que pasar por esa fase de arrepentimiento: "Eso es lo que todavía a día de hoy me mata por dentro. Se tendrá que perdonar ella el día que se dé cuenta, porque yo creo que a día de hoy todavía no se ha dado cuenta", ha continuado de forma tajante.
Como no, para Rocío el culpable de que Ro, tal y como expresó en 'Supervivientes', aún no haya hecho autocrítica sobre aquel terrible suceso es Antonio David Flores:
"Que su hija no se arrepiente y no se sienta culpable es responsabilidad de ese que está ahí (el padre), de lo que le ha implementado ese que está ahí, lo que la ha mutilado ese que está ahí. Es una muestra más de su manipulación. Yo, tristemente, creo que mi hija no se arrepiente", verbalizaba al inicio del episodio Rocío.
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