Esta guerra familiar está siendo más fuerte que un petisuis de chorizo. Si el gran descubrimiento de la primera parte de 'Cantora: la herencia envenenada' fue el testimonio de Kiko Rivera afirmando haber encontrado los enseres de Paquirri en una habitación misteriosa (rollo Narnia, pero toreando al fauno), el gran destape de esta segunda entrega no ha venido por parte de Teresa Rivera, la invitada estrella, sino por Pepi Valladares.
La que fue asistenta de Isabel Pantoja ha contado por primera vez en televisión que encubrió a la tonadillera durante parte de la investigación policial a la que fue sometida por el caso Malaya, concretamente en uno de los registros en busca de pruebas en su domiciñio. Para situarnos, esta vez tendremos que dejar Cantora para pasar unas vacaciones en la panto-mansión marbellí llamada 'La Pera'. Sí, esto es la repera.
Mientras que Julián Muñoz ya estaba simulando sus grandes achaques en la cárcel luciendo un esqueleto muy parecido al del Señor Burns de los Simpson, Isabel estaba siendo investigada. Durante un registro policial, Pepi Valladares estaba en la habitación donde la folclórica más drama queen tenía guardado el dinero en un altillo:
"Yo sabía que en ese bolso había dinero, yo sabía donde estaba todo. Había una chica en la habitación con Isabel, Isabel me miró y dijo que quería ir al baño, la chica le acompaña al baño y yo ya sabía lo que tenía que hacer", ha contado la extrabajadora de la Panto.
Ahí ha sido cuando Pepi ha confesado, muy nerviosa, que hizo lo posible por encubrir a Isabel Pantoja guardándose los fajos ilegales que escondía en su casa de Marbella (parte de la cantidad que alegó que había sido robada) por todo su cuerpo, para así evitar su detención:
"En ese momento yo llevaba como unas mallas y unos botines, solo con la mirada, yo sabía dónde estaban todas las cosas y yo les quise proteger. Me metí todo lo que había dentro del bolso", ha confesado la Valladares con todo lujo de detalles y animada por Kiko Matamoros, que le ha asegurado que eso ya ha prescrito judicialmente.
Pepi ha reconocido que tuvo mucho miedo, pero que en ese momento solo miraba por el bien de su señora, por su lealtad: "Lo que cogí fue dinero, bastante cantidad, fajos de dinero, en el mismo día del registro". Sin embargo, Valladares recuerda esta visita de la policía como extraña, ya que no registraron todas las estancias de 'La Pera', siendo el salón (que estaba lleno de familiares y la tonadillera) y el garaje las que se pasaron por alto y, sin embargo, las salas que contenían más pruebas que podrían haberla incriminado. "En el garaje había muchos papeles", ha asegurado.
¿Pero qué hace Pepi con todo ese dinero que se metió en las mallas como si hubiera encargado cinco kilos en cuatro minutos? Pues apagad las luces y coged palomitas, porque viene lo bueno. Una escena de narcos que quedan en mitad de la nada a altas horas de madrugada y con un sistema de luces en los coches para reconocerse:
"Ella sabía que lo que yo llevaba no se lo iba a entregar a nadie. Cuando viene Teresa Pollo, me monté en un coche, quedamos en la mitad de la Cala y Fuengirola, ahí yo le hice toda la entrega a Tere Pollo", ha contado la capo Pepi bajando la mirada avergonzada como si fuera una Señora del Hampa (la serie).
Pepi ha añadido que Isabel Pantoja utilizaba al servicio como mulas de carga de dinero durante sus giras, es más, ha apuntado en que en esta ocasión, cuando estaba siendo investigada por el caso Malaya, lo que ocultó fueron tres fajos de billetes de 500 euros.
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