Violeta Mangriñán recibe el odio de Instagram al anunciar que se muda a un piso de 45 metros: el "Tamagotchi" de la influencer y las despiadadas reacciones de sus seguidores

Violeta Mangriñán no pertenece al numeroso colectivo de la ciudadanía española que derrama lágrimas, sudor y pestañas postizas en la búsqueda de una humilde morada donde plantar el huevo porque la muchacha no lleva una, sino DOS MUDANZAS para adelante.

En primer lugar, la modelo y Fabio Colloricchio andan reforma para arriba y reforma para abajo con 'Villa Favioleta', el casoplón que han construido en Valencia y donde pretenden residir normalmente. No obstante, por motivos de curro, la parejita pasará bastante tiempo en Madrid por lo que se han agenciado un pisito muy coqueto en esos lares.

Más concretamente, el hogar de paso de los papis de Gala es de alquiler, dispone de 45 metros cuadrados y está ubicado en Valdebebas, una de las zonas más careras del norte de la capital. Así lo ha comunicado la influencer desde su cuenta de Instagram:

"A parte de la mudanza en enero a la casa nueva, mañana vamos a ver el piso nuevo de Madrid. Bueno, piso nuevo no, estudio. Porque tiene literalmente 45 metros cuadrados. 45 metros cuadrados, va a ser como vivir dentro de un Tamagotchi, pero como solo lo vamos a tener para cuando vengamos a trabajar, vamos a estar sobrados (...). No cambiamos de barrio. El estudio, o sea, el micropisito nuevo, está al cruzar la calle de donde vivimos ahora; literal en la acera de enfrente", expresó a través de stories.

Dada la precaria situación que viven muchos jóvenes made in Spain a la hora de encontrar casa, algunos de los seguidores de la ex concursante de 'Supervivientes' se han lanzado a su cuello puesto que contar con un piso de esas dimensiones, y más de segunda vivienda, en todo un lujo en esta época:

"Llevo viviendo en un 'Tamagotchi' desde hace 8 años porque mi economía no da a más", le ha espetado una follower a Mangriñán, provocando la rápida reacción de esta: "Sí. Yo también he vivido 5 años en 40 metros cuadrados, pero ahora somos cuatro. Fabio, la nena, la perra y yo", explica Vaiolet: "Como solo vendremos para currar no pasa nada, porque solo vendremos él y yo o uno de los dos. Pero si alguna vez venimos los cuatro es pequeño. Aun así, no nos importa, nos adaptaremos", zanja.