Carla Barber del 2023 y la del 2013 tienen mucho menos en común que dos bandadas políticas de extremos en el Congreso de los Diputados. La doctora se ha sometido a innumerables retoques estéticos y, cómo es normal e intencionado, en estos 10 años ha ido transformando su aspecto hasta parecer prácticamente otra persona. La influencer se ha convertido en su mejor musa.
No sabemos si en esta mágica Noche de Reyes, la exconcursante le ha pedido a Melchor, Gaspar y Baltasar alguno más, pero lo cierto es que dedicarse profesionalmente a la cirugía estética ha permitido a Carla Barber no solo someterse a todo tipo de retoques sino que también ser su propio escaparate. Y es que ha sido ella misma la que ha compartido esta imagen del antes y después con 10 años de diferencia.
Ella misma reconoce que su secreto de 2013 a 2023 tiene tres claves muy diferenciadas que, combinadas, han conseguido que logre este resultado. La primera de ellas son las infiltraciones de ácido hialurónico presentes en intervenciones como la rinoplastia o el relleno de ojeras, a lo que hay que añadirle los tratamientos faciales y corporales en cabina como hilos tensores o el aumento de labios, además del tratamiento domiciliario.
Ya en 2020 la cirujana compartía en redes sociales que otros de los tratamientos a los que se ha sometido son la toxina botulínica para el bruxismo, infiltraciones de bótox en las cejas, tratamientos de láser, radiofrecuencia y skinboosters, tratamientos anti radiación solar, retoques en pómulos y mentón, relleno de labios y el microblading de cejas.
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