La mediática ruptura de Gerard Piqué y Shakira ha dejado a la altura del betún a los hits para corazones despechados del grupo 'Pimpinela'. Y es que si alguien sabe plantarle cara a su ex a ritmo de temazo es la de Barranquilla, quien le espetó darditos de la talla de "Te creíste que me heriste y me volviste más dura. Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan" en su colaboración con Bizarrap.
La respuesta del culé se ha hecho de rogar pero nos ha dejado rozando el ataquito de ansiedad. En la noche de ayer, Don Piquetón publicaba una fotito instagrammera en compañía de su queridísima churri Clara Chía. Qué casualidad, que con la de meses que lleva con ella, decida compartir la imagen al poco tiempo del éxito musical de la intérprete de 'Session 53'.
Con este evidente tira y afloja entre ex amantes bandidos, y con audiencia sedienta de salseo como testigo, lo más lógico sería pensar que ambos se llevan a matar. Pero, ¿por qué entonces se siguen mutuamente por Instagram? Tal y como aseguró la experta en terapia de pareja Sara Rico ayer en 'Ya es mediodía', esta conducta recibe el nombre de "orbiting" y es muy habitual en personas narcisistas que padecen la continua necesidad de aprobación y carecen de gestión emocional.
"Lo más difícil es despegarnos emocionalmente y sacar a esa persona de nuestra mente. Estas personas se separan, pero se siguen en redes porque hay una conducta adictiva y obsesiva", expresaba la experta en el show telecinquero, dejando claro que lo común, en su opinión, es estar más preocupado por "ver si se está mejor que el otro, y no se preocupan de cómo están realmente".
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