Quien esté libre de usar filtros en Instagram, que tire la primera piedra. No es lo mismo pasar el careto por chapa y pintura para eliminar las incorreciones de este en un momento dado que la descaradísima lipoescultura digital que ha empleado Khloé Kardashian en su cuerpo serrano.
La empresaria publicó varias imágenes en la red social del postureo donde luce uno de esos ajustados vestidos que tanto le gustan y que le marcan hasta el mismo intestino grueso. Hasta ahí todo normal. El dramita tuvo lugar cuando sus followers se percataron de que en una de las instantáneas, que ya no aparece en el post, la columna que aparece detrás de ella está curvada, como si hubieran retocado el body de la joven sin tener en cuenta el entorno.
Las críticas no tardaron en llegarle a la ricachona y se vio en la tesitura de explicar lo sucedido desde su perfil tuitero: "Ni siquiera publiqué esta foto. Tal vez mi equipo sí, pero yo no. Quiero decir... Las líneas dobladas en la parte de atrás, jajaja, por favor", expresó.
No contenta con quitarse el muerto de encima y lanzárselo a su team, volvió al ruedo y justificó su postu-drama echando balones fuera: "Espera, no quise decir que mi 'glam' hiciera eso, solo que no publiqué esta foto en mi página. ¿Dónde están los recibos que hice? jajaja ...la gente es tan rara", zanjó. Vaya, que lo mismo fue el Espíritu Santo el que reestructuró la logística de la foto para que su trasero se llevara todo el protagonismo.
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