El gran drama de María Teresa Campos en su nueva casa: no le cabe la ropa ni los zapatos en su vestidor, ha pasado del WhatsApp al Wallapop

La barbie octogenaria de cardado imbatible se enfrenta a un nuevo dramón en su nueva vida como alquilada. María Teresa Campos, en la mudanza del castillo de Las Rozas a su nuevo ático en Aravaca (al lado de la casa de Terelu), se ha encontrado con un  contratiempo con el que no contaba. Igual tiene que mandar todos los modelitos que se quedó de recuerdo de '¡Qué tiempo tan feliz!' al mismo desguace al que mandó los coches de Bigote Arrocet.

No hay embudo que pueda meter todos los muebles rococós que decoraban su casoplón de 1.600 metros cuadrados en los 250 metros y 140 metros cuadrados de  terraza con los que cuenta su nuevo hogar, eso está claro. La diferencia entre su antigua mansión y su nuevo pisito de soltera es más que significativa. Aunque ha declarado en mitad de la mudanza que "le encanta" su nueva casa, lo cierto es que María Teresa ya ha empezado a sacarle los primeros defectillos al famoso ático de Aravaca.

La matriarca del clan de las Campos del salseo ya contaba con que iba a tener que despedirse del 90% del mobiliario que había en sus anteriores doce dormitorios, quince cuartos de baño, su salón con dos alturas y chimenea de mármol, de los butacones de la sala de cine, las botellas de la bodega, los libros de la biblioteca e incluso del ascensor que conecta las tres plantas y la piscina climatizada. Lo que no esperaba Mari Tere es que también iba a tener que abrirse una cuenta en Wallapop o Vinted para poner a la venta sus trapitos, ¡porque no caben todos sus trapitos en su nuevo vestidor!

Según ha podido saber 'Informalia', el disgusto de la Campos es mayúsculo, peor que cuando los Supersingles cantaban en riguroso directo (ellos eran más del playback enlatado), porque no quiere renunciar a todos sus trajes de chaqueta, zapatos de altura de andamio con los que ya no puede andar ni sus vestidazos porque ninguno precisamente es del Primark. Todos ellos tienen un valor monetario y sentimental incalculable (como Rosito) para la mami de Carmen Borrego y Terelu Campos, que le van a tener que regalar por Navidad un trastero.