Rafa Mora, el primero de su nombre como viceverso, es ese señor cuyo proceso madurativo en televisión ha consistido en matricularse de dos asignaturas de periodismo que ya están empezando a dar sus frutos: ha eliminado el "tete" como recurso cada tres palabras y el "me río en tu cara, payaso" ha dejado de ser un argumento para hacer frente a sus enemigos.
En primero (de la carrera universitaria), debe haber una asignatura nueva (porque yo no la estudié) que se llame 'postureo del colaborador' que consista en enseñar algunas técnicas como abandonar el plató de 'Sálvame' para rentabilizar un enfado y así llegar antes a casa, amenazar con un clásico "si yo hablara, te ibas a cagar" y, por supuesto, el amago de tertuliar con el móvil en la mano como si tuvieras informaciones de última hora calentitas.
Pues este último truco de tertuliano ha puesto en evidencia a Rafa Mora en 'Sábado Deluxe' durante el polígrafo de Kiko Jiménez, ya que ha quedado al descubierto que el viceverso nunca se desprendió de ese narcisismo que tan célebre le hizo, una pillada por parte de las redes sociales que le sacaría los colores hasta a Iniesta... ¡Se tiene a sí mismo como fondo de pantalla en su móvil! ¡Y con gafas! Pero nada de una foto de influencer... ¡Un selfie churripuerco en casa!
ME MEO QUE LA FOTO QUE TIENE RAFA MORA EN EL MÓVIL ES EL MISMO CON GAFAS JAJJAJA pic.twitter.com/ka0tamqMwr
— Brioche (@BrioEnfurecida) December 13, 2020
Es como si Rafa Mora estuviera participando en un nuevo formato: 'Mask Tinder'. Un irreconocible Mora con pinta de Clark Kent ciclado y asiduo a la sección masculina del Bershka posa para su salvapantallas en esta foto tan propia para la App de citas y venderse en la biografía como un intelectual empedernido: "estudiante resultón busca chica culta para filosofar, fumar unas cachimbas, ir de museos y compartir los auriculares mientras escuchamos los temazos de mi amigo Kiko Rivera".
Un consejo para la vida, nunca os fiéis de alguien que se tiene a sí mismo de fondo de pantalla... Eso significa que cuando se mira en el espejo siente palpitaciones en la pepitilla (o en lo que sea) y que no hay nadie más importante en su mundo que él mismo. ¡Y bueno! Si encima tiene perro, y no lo guarda de salvapantallas... Ahí ya me iría planteando ir a comprobar en su maletero/trastero porque esa persona no debe esconder nada bueno. No tener a un ser tan adorable como lo primero que ves al desbloquear el teléfono debería ser constitutivo de delito...
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