La fama puede llegar a doler más que un buen pinchazo de botox en la frente. Si no que se lo digan a alguna de las famosas que se convierten en el puching ball de críticas y suposiciones. O que se lo digan a Ester Expósito, que la muchacha no ha podido más después de tanta habladuría y ha acabado explotando.
Y es que el rostro de la Expósito tiene más teorías conspirativas detrás que las que Miguel Bosé tiene con el covid-19. Muchos expertos en estética han supuesto que no es maquillaje todo lo que reluce, y que detrás de esto podría haber algún arreglillo... Y no lo dicen porque, cuando actúa, su rostro se mueva menos que una máscara africana, no. Sino por sus cambios a lo largo de los últimos años...
Se ha hablado de botox, ácido hialurónico, rinoplastia e incluso de una bichectomía (que no es algo de insectos, es para adelgazar la cara). Pero ahora la Expósito, ella solita, nos ha sacado de dudas... y nos hemos llevado algún zasca.
Ha tenido que subir a sus Stories un mensaje aclarando que no se ha hecho nada y que, con estas informaciones, "estáis engañando a la gente". Vaya, la verdad es que tampoco sabemos muy bien cómo sentirnos ahora mismo. Esto es como cuando te dicen que los Reyes Magos son papá y mamá, que se pierde la magia. O cuando te enteras que Belén Esteban ganó '¡Mira quién baila!' puesta hasta arriba de... Red Bulles.
"Son muchxs lxs jóvenes que me siguen a los que podrían influir estas mentiras", añade. Y tantos, que en su Instagram cuenta con casi 26 millones de seguidores. Para que te hagas una idea, como si cada uno de los habitantes de Venezuela la siguiera en Instagram. Ale, para que digan que no se aprende con nosotros.
Vamos, que lo de la Expósito es todo natural y obra y gracia de su padre y de su madre. Y mira, chica, nosotros que te aplaudimos por tu mensaje, que ya sabemos que a la gente le gusta mucho darle a la lengua...
Ester, mientras tanto, aprovecha para ponerse una mascarilla de pepino (nada más) para el estreno el próximo 16 de octubre de su nuevo proyecto en Netflix, la serie 'Alguien tiene que morir'. En ella aparece junto a su churri, el actor que tiene apellido de refresco, Alejandro Speitzer.
Foto | gtres
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