Si a ti te van las películas de intriga, de robos, la novela negra, los asaltos y demás faranduleo (y siguiendo la estela del Caso Mainat, pero sin intento de asesinato, menos mal), espérate que te contemos las últimas novedades del Caso Salazar. Que ni el Lupin de Netflix.
Y es que este es un caso que llevan arrastrando desde hace unos meses Toñi Salazar; su hijo Borja; y, por otro lado, el ex de Toñi, el productor musical Pedro Rilo. Pedro los acusó de robo, intimidación, amenazas y allanamiento de morada después de que asaltaran su casa y que, entre otros objetos personales, se llevaran el coche del productor: un Mini Cooper.
Aún seguimos a espera de la sentencia. Pero, mientras tanto, el juez ordenó que el Mini se le devolviera... Pero, ¡sorpresa!: el coche no podía ser devuelto porque ya había sido vendido por Borja, hijo biológico de Toñi y adoptivo de Pedro (a quien dio sus apellidos con cinco años).
Tal y como informa el periódico '20 Minutos', el pasado lunes por la mañana la Policía llama a Pedro Rilo para comentarle que su coche había sido encontrado y lo habían depositado en la Comisaría de Leganitos (Madrid), esperando a que llegara la grúa del seguro y pudiera devolver el Mini a su dulce hogar.
Por otra parte, el mismo medio también informa de que el comprador, pobrecito nuestro, no sabía en qué movida se estaba metiendo y llevará a cabo las acciones legales que hagan falta para que le sea devuelto el dinero que pagó por él.
A finales del pasado mes de enero tuvo lugar la comparecencia judicial. Y aunque Toñi se empeñó en explicar que ni ella ni su hijo habían cometido delito alguno, Pedro Rilo no lo tiene tal claro.
El periódico 'ABC' tuvo acceso a unos mensajes que Toñi había enviado a su ex, asegurándole que entrarían en su vivienda "estés o no estés": "Y si tenemos que romper la puerta la rompemos". Y quién iba a decir que un Mini iba a traer problemas tan grandes...
Imagen de cabecera | GTRES
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