Poprosa acudió al estreno de 'Tonta ella, tonto él'


Ayer tuvimos la suerte de acudir al estreno, sesión VIP (vip porque acudieron muchos famosos, no por otra cosa, que la cola para entrar nos la comimos como todo el mundo) de la obra que se estrenó el pasado viernes 12 bajo el nombre de ‘Tonta ella, tonto él’ , dirigida por Eduardo Aldán y que cuenta con la participación de una guapísima Cristina Urgel, que creedme que en persona impacta más que en la televisión y Canco Rodríguez, que muchos conoceréis como el actor que interpreta a el ‘El Barajas’ en la serie ‘Aída’, y la participación de Deborah Ombres, la cual ya nos comentó en la entrevista pasada que hizo Audrey, sus impresiones sobre la obra.

Y desde el principio la cosa prometía. El lugar elegido para representarla ha sido un pequeño teatro, en el barrio madrileño de Chueca: el Teatro Infanta Isabel. Un sitio con mucho encanto y desde luego de los teatros más antiguos de la capital y de los que acogen las mejores obras. Y al evento, como era de esperar, acudieron los famosos en masa.


En la fila, mientras recogíamos las entradas pudimos ver a casi todo el elenco de la serie Aída: Paco León junto con David Castillo (El Jonathan), Mariano Peña (Mauricio), Ana Mª Ruiz (La Lore) y a Eduardo Reina (Fidel) que como buenos compañeros de reparto, acudieron a desear suerte a Canco y ver la obra.

Junto a ellos encontramos al Neng, que se había desplazado expresamente desde Barcelona a ver la obra, acompañado de Iván Massagué, de la serie la familia Mata (Marcos), pero empezó a llover y la verdad que por mucho famoso que hubiese a la entrada, yo me estaba empapando, no había traído paraguas y prefería meterme dentro cuanto antes.

Y allí, al entrar, estaba Deborah Ombres, con bata blanca y liguero, en plan enfermera dominatrix, repartiendo panfletos de la obra, escobillas de baño (sí habéis leído bien) de colores, rosa para las chicas y azules para los chicos, y conduciendo a cada género a sus asientos, ya que tanto hombres como mujeres tenían que subir por escaleras distintas. Pero ya os explicaré para que las escobillas, que los baños, obviamente tenían las suyas.


Y bueno, una vez dentro siguió entrando gente. Pudimos ver en el estreno a Christian Gálvez, con una cara de cansado que parecía que no se tenía en pie aunque, gracias a Dios, su novia, Almudena Cid, estaba radiante como siempre. Y muy simpáticos los dos, por cierto. Nos acomodamos y a nuestro lado pudimos ver a Rául Arévalo (‘Azul Oscuro casi negro’), Daniel Retuerta (Roque el del Internado) e incluso se dejó caer por allí José Coronado (nada de yogures, a este le encantan las cervezas).

Y dio comienzo la obra. El espectáculo es como una terapia de pareja en clave humor y en el que la guerra de sexos se encuentra claramente decantada hacia el lado femenino. El público, ataviado con sus escobillas, se divide en dos bandos (hombres y mujeres) y se convierte en un guionista imprescindible para el desarrollo de la historia, en el que la opinión que tenemos se valora según el número de escobillas rosas o azules haya levantadas cuando se pide opinión al público.


Esa era la idea que tenían de la obra:

“Hemos conseguido que el público se vea reflejado en los protagonistas, algo esencial y que supone el objetivo de esta obra”

Cristina Urgel es una chica increíble (en la obra sale espectacular, ya sea vestida, con liguero, con lencería…) que conoce a un mindundi que no levanta un palmo del suelo (Canco Rodríguez que, todo sea dicho, habla a toda pastilla tanto en la obra como en la vida normal), en los baños de una discoteca, y se enamora de él.

Y a través de 12 situaciones distintas, nos van mostrando el avance de la relación y los problemas que se presentan en la vida de pareja: la comida con al suegra, la hipoteca, la primera cita, la amiga metecizaña de ella que solo quiere que rompan (con la voz de Eva Hache) y el amigo de él que no tiene ni idea de relaciones (la voz de Flippy)... y os reconozco que yo me sentí plenamente identificado en más de 4 situaciones.

Cada una de esas escenas se presenta como un enfrentamiento (12 en total), como si de un ring de boxeo se tratase, en el que Deborah Ombres anuncia cada entrada de la nueva escena, con su habitual humor ácido (me encanta Deborah, de verdad que es un personaje muy, muy grande) y haciendo partícipe al público de sus opiniones con comentarios mordaces y esa sinceridad hablando que le caracteriza. Increíble como siempre.


Y al acabar la obra y tras un clamoroso aplauso del público, el director de la obra, Eduardo Aldán, al que muchos conoceréis ya bien sea por su aparición en la tele o por ser director de la compañía de teatro que llevo a cabo otra obra bien conocida: ‘Espinete no existe’, hizo su aparición en el escenario para agradecernos la asistencia y dar las gracias al reparto.

Después hubo un pequeño coctel al que acudimos todos y en el que se mezclaron los actores. Allí, Cristina Urgel, que es mucho más alta de lo que yo pensaba, mucho más simpática de lo que me imaginaba y desde luego, guapa y elegante como ella sola, se acercó a saludar y agradecer que hubiéramos venido, y junto a ella, tanto el director, Deborah Ombres como el resto de famosos, entre copas de champán y bombones de colores (rosas y azules, como imaginaréis) nos echamos unas risas.

Una obra que recomiendo que vayáis a ver si tenéis oportunidad. Las risas están aseguradas.

Fotos | Galeria 59

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