Ni tan a un paso, a medio pelo está Mel Gibson de recuperar la soltería ya que ha sido su propia mujer, Robyn, la que ha pedido los papeles del divorcio tras 28 años de matrimonio y siete hijos en común. ¿Las razones? Pues lo que se suele decir en estos casos, aquel eufemismo de “diferencias irreconciliables” que normalmente huelen más a cuernos que a cualquier otra chamusquina.
Como no podía ser menos, la pareja ha emitido un comunicado oficial para dar a conocer este hecho y pedir a la prensa que respete su intimidad tal y como han hecho en todos estos años. La verdad es que siempre han sido muy discretos, así que porque ahora se hayan torcido las cosas no tiene que ser ahora vox populi cada uno de los pasos que se den en el proceso (o sí, depende del morbo…).
Ahora comienza la repartición de bienes y demás. Teniendo en cuenta que en 2006 la fortuna del actor estaba valorada en unos 900 millones de dólares, cabe suponer que su futura ex-mujer no va a salir mal parada y más a sabiendas de que no tienen acuerdos prenupciales ni nada que se le parezca. ¿Alguien más se espera drama? Yo sí.
Vía | US Magazine