Con esa cara de no haber roto un plato en su vida nos han plantado a Julia Roberts como la mala malísima de la película de Blancanieves; es decir, que le toca hacer de bruja. Bueno, no de bruja mala, que ella puntualiza que lo suyo no es tanto bruja sino más bien hechicera cabreada con ganas de ir tocando la punta de... de las orejas a la gente:
No me convierto en una bruja. Soy una hechicera, que no es lo mismo
Ya me dirás tú cuál es la diferencia, porque para mi sigues siendo la culpable del mordisco de la manzana seas bruja, hechicera o verdulera resentida. Aunque claro, sabiendo que el cuento es una adaptación del libro y que cuando dicen adaptación podemos echarnos las manos a la cabeza porque lo más parecido que vamos a encontrar con el original es el título pues... igual sí que es cierto que ahora la bruja, no es bruja sino hechicera.
De hecho, la propia Julia Roberts nos ha dicho que la película en sí es un poco diferente a la original de Disney. Las cosas no son lo que parecen y el director, Tarsem Singh, ha querido que sea algo nuevo y más fresco.
Nuestros enanitos son diferentes a los clásicos, se llaman de forma distinta y tienen diferentes personalidades a los del cuento
Así que con estos comentarios, no sé vosotros pero yo me muero de ganas de echarle un ojo a la película. Lo único que me queda por comentar es que no sé como se habrá tomado Julia que le hayan elegido a ella como la mala de la película porque, según palabras del propio director:
Buscaba un personaje que externalizara maldad, como mucha gente. Quería una persona que fuera simplemente esquizofrénica. Ella haría todo el mal que pudiera para mantenerse en el pode
Julia, yo me lo hacía mirar...
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