Me siento un poco confundida, poproseros, últimamente el mundo de la revista está muy malito, tanto que hasta a veces cuesta saber quién narices es la modelo, actriz o personajillo en cuestión. Un ejemplo bien claro lo vimos el otro día con Irina Shayk y aunque ahora no es tan exagerado, la verdad es que veo a Emma Stone rara, raruna en la nueva portada de Vanity Fair.
Entre el photoshop de la foto y esa expresión es que de verdad que no, no, y no, me niego… A dior pongo por testigo que nunca aceptaré cosas así, con lo mona, monísima que es Emma Stone pero con esa cara casi que me pega más que haya un conejito al lado que esa cabecera.
Y luego por otra parte, ¿Vanity Fair no tiene más bikinis veraniegos que no sean de rayas? Si es que reportaje de este tipo, al final son todos iguales…
Desde luego, últimamente me estoy desencantando de la que siempre ha sido mi revista favorita. Y la verdad es que Emma me encanta pero casi me quedo con el making of así al natural porque la portada como que sigo viendo a otra persona.
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