Si es que así da gusto. Cuando alimentan bien a los niños desde pequeños luego salen hombres como estos, hombres como Channing Tatum que sirven además de para ser actores, para alegrar los días lluviosos, tristes y melancólicos de la gente que como yo está metida en casa intentando no pasar frío. Y desde luego que viendo las fotos, ni me siento triste, ni me siento solo y mucho menos me siento frío, así que se puede decir que cumple con su cometido a las mil maravillas y por ello le ponemos el pin de Poprosa al buen mérito, si señor.
También tengo que decir, no muy a favor de él, que por un lado la revista GQ tiende a exagerar un poco las virtudes físicas de sus aspirantes a portadas (vamos, que los maquean disimuladamente con el fotochop para que los michelines desaparezcan como por arte de magia) así como exigir a sus hombres (en este caso Channing Tatum) que estén buenérrimos perdidos para poner los dientes largos al resto de los mortales que no saben como quitarse de encima la barriga.
¿Y cual es el motivo de que se desnude para GQ? Pues obviamente no es que hiciera calor en la habitación y todo fuera así de casual, que va. Le preguntan sobre su vida personal, sobre su vida amorosa, sobre su vida profesional… sobre todas sus vidas como si de un gato se tratara. Por preguntar le preguntan hasta por su vida pasada, que me acabo de enterar que este hombre fue también stripper (ahhhhhh claro, ahora la comprendo todo querido) y él dice que está muy orgulloso de todas ellas, incluida la de stripper, y que no tiene nada de que avergonzarse.
Hombre, yo con ese cuerpo tampoco lo tendría, que ya podría haber trabajado de chapero en la casa de campo que estaría tan feliz de ir recorriendo los platós de toda España y, cada vez que me preguntasen por mis vidas pasadas, empezaría a decir lo dura que es la vida mientras me subo la camiseta y el jersey y ale, problema resuelto: subo la audiencia, la moral y la alegría de más de uno allí presentes y de paso me meto unos cuantos miles en los bolsillos. Como para quejarme.
Foto | GQ