Sobre Suri Cruise se han dicho muchas cosas y lamentablemente nos gustaría que muchas no fueran malas y que muchas no fuesen verdad, pero sintiéndolo profundamente en el alma, no es el caso. Se ha hablado de su educación o más bien de los padres que tiene y como educan a su hija, se ha hablado de la forma que tiene de ver el mundo siendo tan pequeña y sobre todo se han comentado hasta la saciedad sus estilismos, sus vestidos nada apropiados para una niña de su edad y que desde bien chica anduviese encima de unos tacones como a quién le quitan los ruedines de la bici: primero con miedo pero luego no había quien le bajase de ellos.
Pero estamos muy equivocados si creemos que las críticas van a cambiar algo porque si hay una madre orgullosa de su hija, de su educación y de lo que hace, esa es Katie Holmes. De hecho cada vez que alguien se mete con ella y sus métodos, lo que están es dándole fuerzas y reafirmándola en que lo que hace está bien hecho: es como un monstruo que se alimenta de críticas, que envidia me da.
Tiene que ser buena madre y no va a elegir para ella lo que la gente cree correcto sino lo que le haga feliz. Suri es una gran cantante, baila genial y sé perfectamente que será una gran actriz
De eso no cabe duda: estaba casi convencido de que a la niña le dejan suelta en Zara Kids y ale, ale, a probarse trapitos y los que más le llamen la atención, más colores tengan o más ceros lleven, se los llevo a papá y mamá para que me los metan en el armario. Puede parecer una buena conducta pero como era de esperar, muchos psicólogos ya han saltado diciendo que eso en pequeñas dosis puede estar bien pero que como madre ella tiene que ser la que le marque el camino, y si la niña dice que quiere tacones, hacerle entrar en razón y hacerle ver que es demasiado pequeña para eso.
Pero Katie, el monstruo de las críticas, cree que está haciendo lo correcto y que su hija no será una gran actriz sino que se convertirá en LA actriz de todos los tiempos. En fin, sólo el tiempo nos dirá si estaba en lo cierto…
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