Porque hay que reconocer que el chaval tiene un buen cuerpo, no se puede negar. Y encima, a sabiendas de ello, sale a correr a la calle tan solo con un maillot, unos calcetines y unas deportivas. Y claro, luego se pone a subir las cuestas, se le desliza el pantalón y le empieza a sudar la tabletita… e igual podemos tener un altercado con algunos de los conductores cercanos, que acaban en el jardín del vecino de enfrente por no poder apartar la vista.
¿Tendremos que considerarle un peligro público?