Por el momento, Kiko Jiménez sigue siendo uno de los 'instagrammers' de moda. Se pasa el día comiendo gratis, durmiendo en hoteles de lujo a cambio de un par de fotos y embolsándose hasta 3.000 lereles por una sola publicación. El colaborador de 'Sálvame' gana auténticos pastizales gracias a las redes, pero Dulceida podría hundirle el negocio con un solo movimiento.
Al igual que Sofía Suescun, Kiko también pertenece al equipo de 'influencers' representado por la agencia de Aída Domenech. Se trata de uno de los grupos más fuertes a nivel nacional y solo los elegidos por Anna, la madre de Dulceida, pueden acceder a él.
Hasta ahora, todo iba viento en popa y a toda vela en la trayectoria de Kiko como 'influencer'. Colabora con varias marcas, su caché es relativamente alto y estar cerca de la hija de Maite Galdeano le beneficia. Sus músculos cautivan al público y le llueven los contratos para patrocinar calzoncillos, pero la cosa podría cambiar de un momento para otro.
Hace unos días, Kiko mostró una especie de red de contactos a través de 'stories', algo que molestó profundamente a su agencia. Hizo publicidad encubierta de una web de dudosa fiabilidad, y Dulceida, cabreada como una mona, ha hecho público su enfado con el colaborador.
"No me parece bien lo que ha hecho", comentaba ante la prensa. El reportero en cuestión le preguntaba acerca del posible despido de Kiko, y Aída tampoco se cortaba un pelo: "Lo estamos viendo internamente. No conozco mucho a Kiko, pero me cae bien", aseguraba Dulceida, tal y como publica Semana.
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